A través de la audición, llegamos a la escucha. Escuchar es algo más que oír, es una percepción de los sonidos con todo el cuerpo. Permítete implicarte plenamente con los sonidos, las sensaciones corporales, los pensamientos y los sentimientos. Escuchar los sonidos te lleva hacia tu interior y hacia un silencio tranquilizador. Lo que ocurre en el exterior pasa a un segundo plano.
Ejercicio de sonido con un cuenco tibetano
- Ponte cómodo. Coloca el cuenco tibetano justo delante de ti, sobre un cojín u otra superficie que vibre.
- Ahora golpea suavemente el cuenco y escucha su sonido.
- Quizá puedas cerrar los ojos mientras lo haces para sumergirte por completo en los sonidos.
- Escucha los distintos matices del sonido. Hay tonos altos, tonos bajos, muchos tonos diferentes, que juntos crean una maravillosa imagen sonora rica en sobretonos.
- Escucha el sonido con todo tu cuerpo: toda tu atención se centra en el sonido. Te conviertes en uno con el sonido, por así decirlo. Puedes sentir cómo tu cuerpo es tocado por las vibraciones del sonido y cómo puedes sentirlas cada vez más.
- Al cabo de un rato, vuelve a golpear el cuenco cantor.
- Escuchar el subir y bajar de los sonidos hará que tu respiración sea más tranquila, profunda y relajada. Si quieres, haz conscientemente unas cuantas respiraciones profundas.
- El silencio que sigue a cada sonido crea una agradable calma en tu interior.
- Disfruta de los sonidos todo el tiempo que quieras.
- Siente el efecto relajante y armonizador.
- Ahora aparta el cuenco tibetano y el mazo y escucha con los ojos cerrados. Tal vez aún puedas sentir los sonidos aunque se hayan desvanecido: siguen resonando en tu interior.
- Permanece unos minutos contigo mismo: ¿cómo te sientes, qué ocurre en tu interior, cómo percibes tu cuerpo? Tómate tiempo para dar espacio a todo lo que está ocurriendo en este momento, sin juzgarlo, simplemente observa.
- Por último, respira hondo unas cuantas veces más, estírate y vuelve a la vida cotidiana a tu ritmo.
Singing Bowls Fuente: Ejercicio de sonido del libro: " - mi compañero práctico", 2018, p: 61-62, autor: Peter Hess